Un café con Leire

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Por encima de nuestras posibilidades

Yo pensaba que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. No yo como persona, sino como sociedad, y me incluía en un acto de solidaridad social. No recuerdo cuántas veces lo escuché en la radio o lo leí en prensa, pero residía ahí, en mi subconsciente.
Pero un día, hablando con un amigo, cambié de opinión:
– Ya tío, es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades -dije yo.
– ¿Sí?¿Tú has vivido por encima de tus posibilidades? -preguntó con falsa sorpresa.
– Hombre, yo no. Yo no tengo hipoteca y me compré un coche de segunda mano, aunque podría haberme comprado uno nuevo, sin pedir crédito. Pero me ofrecieron un coche decente a muy buen precio y acepté. Pero sí reconozco que hay mucha gente que sí lo ha hecho.
– Ya, entiendo. Yo es que no entiendo muy bien qué significa vivir por encima de tus posibilidades. ¿Para tí eso que es?
– Pues para mí eso significa llevar un tren de vida que no está acorde con tus ingresos.
– Aha. ¿Y cómo se puede gastar más de lo que se tiene?
– Hombre, pues a crédito. Te vas al banco, pides un crédito y au*.
– Es decir, que un banco te presta el dinero, que luego tienes que devolver, ¿verdad?
– Si.
– Deduzco entonces, que gastarte un dinero que no tienes, es vivir por encima de tus posibilidades.
– Si.
– Pues no estoy de acuerdo -me dijo.- Las hipotecas existen para que puedas comprarte una casa y poder pagarla poco a poco porque nadie tiene así, suelto, 200.000€. La mayoría de las personas se compran una casa para vivir en ella. No creo que eso sea vivir por encima de tus posibilidades.
– Ya, bueno, sí. Pero tampoco te obliga nadie a comprarla. Puedes vivir de alquiler. En la mayor parte de Europa lo hacen -eso lo había escuchado no se donde, pero lo había tomado como una verdad sin comprobarlo. Son de esas cosas que oyes, que te suenan razonables y que pueden ir bien para reforzar una opinión, aunque nadie se preste a comprobarlo.
– A ver, nadie te obliga a comprarla, y por supuesto, nadie obliga al banco a concederte la hipoteca. ¿Desde cuándo se han demonizado las hipotecas? Desde la crisis. En España, como en el resto del mundo, la gente compra casas. Si decides vivir de alquiler, alguien tiene que ser el propietario de la casa. No se si me explico: alguien tiene que comprar la casa, ser propietario, para poder ponerla en alquiler. Así que ya sea para vivir en ella por ser primera vivienda o para ponerla de alquiler, se ha de comprar. Por otro lado, la responsabilidad en este caso cae sobre el banco o caja, por haberte concedido el crédito.
– Jajajaja, si, muy típico español. La culpa siempre de los demás. Aquí nadie asume su responsabilidad -dije yo, empezando a ponerme en plan borde. Si empezaba a tirarle la culpa a los demás como base de su argumento, me lo iba a merendar.
– Jejeje, bueno, eso es verdad. Pero no es por echarle la culpa a los demás. Lo que creo es que aquí hay unos más responsables que otros. El banco tiene un departamento de gestión de riesgos que se encarga de evaluar si esa persona que pide un crédito lo va a devolver. Por lo que yo se, y lo se por alguien que trabaja en gestión de riesgos hipotecarios del Santander, ahí es na, ese departamento no hubiese concedido el 60% de las hipotecas que concedió ese banco. En su mayoría, sus informes eran negativos. Pero la dirección del banco se los pasaba por el forro. Puede que yo sea un ignorante de economía, y pida un crédito del 110% del valor de la vivienda, pero creo que es de mayor responsabilidad el hecho de concederlo, a sabiendas de que el riesgo de impago es alto.
– Hombre, visto así…
– Es como yo lo veo. Creo que las entidades bancarias se pasaron tres pueblos en codicia y ahora lo estamos pagando todos los ciudadanos porque no se puede dejar caer a los bancos. Sus errores de gestión los pagamos los ciudadanos. Si el estado tiene que inyectar capital, por ejemplo, 20 mil millones, para que X bancos saneen sus cuentas, esos 20 mil millones es dinero que deja de haber en las cuentas del estado, y hay que recuperarlos. Y eso suele ser mediante recortes en los servicios públicos. Pero sin desviarnos, que como empecemos a enlazar una cosa con otra, terminaremos con quince cervezas en la mesa y gritando que todos los banqueros y políticos son unos hijos de puta.
– Para eso no hace falta estar borracho -le contesté con sonrisa socarrona.
Reímos los dos. La conversación estaba siendo muy seria. Al contrario de las creencias generales, el tomarte algo con humor no tiene porqué restarle ni importancia ni seriedad.
– Si, la cosa está jodida -sentenció.- El problema que veo yo es que han conseguido socializar la culpa. Nos han metido en la cabeza que todos somos culpables de esta crisis, en mayor o menor medida, y que ahora tenemos que pagar esos excesos. Pero no es así. En mi opinión, los excesos han sido sobre todo de los bancos y cajas (mira como están), y en segundo lugar, pero no muy alejados, de los políticos, que hace tiempo que dejaron de mirar por el bien de los gobernados. Lo de los políticos da para mucho, por ejemplo que haya gente tomando decisiones en algo de lo que nunca ha trabajado ni tiene conocimientos básicos. Faltan profesionales en política. Pero ya seguimos otro día, que ya llego tarde. Me lías, me lías, y se me va el tiempo.

*au: expresión valenciana que puede significar diversas cosas:
– tú pides un crédito y au -> tú pides un crédito y ya está
– Au -> vamos

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