Un café con Leire

Relatos, citas, reflexiones… y alguna cosa más.

De padres y madres

Bueno, hoy me voy a meter en camisa de once varas. Podrá resultar polémico este post, pero lo expresado aquí es lo que pienso. Seguro que hay gente que lo lee y se sienta atacada porque entra en algo muy personal, pero no es mi intención. De hecho, estoy seguro de que va a pasar aunque no comenten para decírmelo.

¿Qué mierda es eso de dejar a un bebé llorando en la cuna en su habitación separada de la de los padres para que así puedan descansar? ¿Pero qué te crees que es ser padre? Un bebé necesita a sus padres, de día y de noche. Es una criatura completamente dependiente y en edades tan tempranas necesita, por instinto, sentirse protegida. Y esa protección la da los brazos de sus progenitores, sobre todo de la madre. Pero nos encontramos con que los algunos padres, sobre todo los primerizos, se dan cuenta en ese momento de que ya no pueden disponer de la independencia que disfrutaban hacía solo unas semanas, y no lo llevan bien. En su día ya me lo dijo un amigo y compañero de trabajo: «yo ya no soy persona, soy padre».

Si, todos necesitamos descansar, tenemos que trabajar y rendir… y por eso descuidamos las necesidades de nuestro bebé. Claro, si se crían igual. ¿Si? ¿Es eso así o nos lo decimos para sentirnos mejor? No se puede criar igual un bebé cuando se hace con apego que sin él. Y el apego no es darle unos besitos y decirle lo guapo que es.

¿Dónde está el espíritu de sacrificio de los padres por los hijos? Sacrificarse por ellos no es trabajar más horas para ganar más dinero y comprarle más cosas, o llevarlo a un colegio privado. Sacrifcarse por los hijos es justo lo contrario, intentar pasar más tiempo con ellos, educarlos tu, estimularlos, enseñarles cosas, ver como aprenden, consolarlos cuando tienen miedo o les duele algo. En definitiva, dedicarles nuestro tiempo. Y sobre todo, pasar sueño. Pero si a los dos días ya dejas a tu bebé porque necesitas descansar, es que algo falla.

Estoy encendido.

Por otro lado, ayer volví del colegio de mi hija mayor con un padre que tenía dos niñas, una de ellas compañera de clase de Sofía. Me comentaba de que iba a exigirle a la profesora que le apuntara a su hija en la agenda los deberes. Sorprendido, le dije que la profesora dictaba todos los días los deberes y los niños se lo tenían que apuntar en su agenda, a lo que me devolvió la mirada de sorpresa. «Es que mi hija a veces se distrae», se justificó. Y digo yo, ¿no será cuestión de exigirle a tu hija que apunte bien los deberes en vez de exigírselo a la profesora que tiene veinte alumnos más? Además, cuando me dijo que «bueno, en realidad ella va bastante bien, pero la mayor…», me dije, «Pues si va bien, tampoco será para tanto».

Cuando los dejamos a mitad de camino, le pregunté a Sofía qué notas sacaba su compañera. No supo que contestar. Altas, medias o bajas. Entonces lo pensó y me dijo que medias, aunque había suspendido dos exámenes. ¡¿Dos exámenes en primero de primaria suspendidos?! ¿Eso es ir bastante bien?

No se… a veces me siento un bicho raro. ¿Seré yo demasiado exigente?

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5 pensamientos en “De padres y madres

  1. Me ha gustado mucho la reflexión y se podría hablar mucho sobre este tema. Por mi experiencia en las aulas puedo decirte que el ejemplo que pones de la agenda es bastante común. Creo que se pasa poco tiempo con los hijos y que no se les educa adecuadamente. Además en muchos casos se les sobreprotege en exceso, por ejemplo echando la culpa de sus errores al profesor de turno. Al final el que más sale perdiendo es el niño y eso es lo que más me entristece. Pero bueno, a su favor tengo que decir que ser padre no es fácil y que deberían de existir más programas de conciliación de la vida familiar y laboral para los que son padres. Un saludo!

  2. Celembor, yo no tengo hijos, pero has dado en el clavo en un tema que a mí TAMBIÉN ME ENCIENDE.
    Estoy 100% de acuerdo con tus dos observaciones principales: la del bebé y la de la compañera de tu hija.
    A veces me da tanto espanto determinadas actitudes de la gente (a algunos padres y madres me refiero) que siento la necesidad insuperable de escribir un artículo muchísimo más directo que el tuyo. Pero no lo hago porque sería dañino y hasta ofensivo. Para mí te has quedado corto.

  3. santamayte en dijo:

    Yo siempre he sido de la opinión de que a los niños hay que cojerlos al brazo,dejar que se acuesten con los padres,hablarles como personas etc.y ante la pregunta ¿y si se acostumbran? he respondido:no conozco ningún niño de 10 años al que su madre lo lleve en brazos.Nos ha tocado vivir una época convulsa,con prisas y agobios y unas ofertas de ocio (impensables en otro tiempo) a las cuales nadie queremos renunciar y en las que dificilmente encajan los hijos.Te lo montes como te lo montes esto es la mar de complicado.

  4. Tu fan incondicional en dijo:

    La de padres y lo que es peor, madres, que no saben ni lo que es ni lo que supone el apego.
    «Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas les da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, y la alimenta a valorar y continuar la relación» (John Bowlby).

  5. Muchas gracias por dejar vuestras opiniones. Me alegra saber que no soy tan raro como parece. ¿Alguien dejará alguna opinión en otro sentido?

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